Capítulo uno – La cinta VHS

ref.NewYorker3321-1943.9.01.3478a.Extraño objeto.Escritorio Tesla.

Sí, una cinta de video VHS. Esto fue lo que encontraron. Pero claro, ellos no sabían qué era una cinta de video – y menos VHS -. Cualquier cosa parecida no fue inventada hasta comienzos de la década de los setenta, y esta fue hallada el nueve de enero de 1943. Pero comencemos por el principio, que siempre es de agradecer.

 

Capítulo dos – La habitación 3327

ref.NewYorker3321-1943.9.01.3468a.Fachada hotel.

Nueve de enero de 1943. Hotel New Yorker, ciudad de Nueva York. Los agentes Finch y Smith de la Office of Alien Property irrumpen en la habitación 3327. Un olor a cerrado y a excremento de paloma inunda toda la estancia. Para este organismo del Departamento de Justicia Norteamericano, el término “Alien” no significa extraterrestre, sino “extranjero”, aunque en realidad el que ha sido el único ocupante de esta habitación en los últimos diez años poseía nacionalidad norteamericana. Es cierto que era de origen serbio, pero había vivido sus últimos cincuenta y nueva años en la Gran Manzana. Se llamaba Nikola Tesla y fue uno de los más grandes inventores y visionarios de la historia de la humanidad. Había muerto dos días antes en esta misma habitación.

 

ref.NewYorker3321-1943.9.01.3368a.Cartel.Habitación.

 

Capítulo tres – Los agentes de la Office Alien Property

Los agentes no tienen muy claro qué andan buscando cuando entran en lo que ha sido el último hogar del anciano inventor y de la multitud de palomas que recogía de la calle. Aunque las directrices son claras: planos, documentos, archivos, patentes y cualquier cosa que pueda ser susceptible de caer en manos enemigas. En concreto, corría el rumor -alimentado por el propio inventor– de que en sus últimos años se hallaba trabajando en “el rayo de la muerte”, un arma capaz de aniquilar ejércitos enteros. Puede que solo fueran los desvaríos de una mente enferma con un brillante pasado ya extinto, pero Estados Unidos no puede arriesgarse: ha finalizado la Segunda Guerra Mundial y acaba de iniciarse oficialmente la Guerra Fría. Hay demasiados enemigos por todos lados.

 

ref.NewYorker3321-1943.08.01.3568a.Prop.Rayo de la Muerte.

 

Capítulo cuatro – La versión “oficial”

Los agentes requisan todo lo que consideran de interés. Una caja repleta de documentos y legajos ocupa el escritorio del Dr. John G. Trump, un oficial del gobierno e ingeniero eléctrico responsable de analizar técnicamente todo el material que ha dejado el inventor. Tras tres días de investigación intensiva, Trump concluye que la mayoría del material presenta un marcado carácter especulativo y filosófico, y los escasos fragmentos que sí contienen información técnica carecen de interés. Ni rastro de prototipos y mucho menos de “rayos de la muerte”. Nada de aplicación directa que pueda resultar peligroso, ni tan siquiera útil. Ni rastro del genio autor de más de setecientas patentes que tecnificaron el mundo.

Esta es la versión oficial que el gobierno estadounidense ha mantenido por más de cincuenta años. Hasta ahora.

ref.NewYorker3321-1943.10.12.6568a.Papel Tesla.

 

Capítulo cinco – VHS revelado

El anuncio tuvo lugar el pasado febrero de 2012. En un sala de apenas unos pocos metros cuadrados, un funcionario del gobierno norteamericano comparece ante un puñado de escogidos invitados. La amenaza de filtración por parte de wikileaks y la ley norteamericana que exige desclasificar todo el material archivado por más de cincuenta años ha llevado al gobierno a realizar el anuncio. Todo había sido una tapadera. Los famosos “papeles de Tesla” no eran tales. Sí, es cierto que se encontraron numerosos documentos escritos por el genio de Smijlian. Incluso su famosa libreta -que se daba por desparecida- fue hallada en su mesa repleta de pósit con anotaciones del propio Tesla (algo sorprendente pues estas etiquetas autoadhesivas no fueron inventadas hasta 1968). Pero nada puede hacer sombra a la principal revelación: los “papeles Tesla” no eran de papel. Eran vídeos.

 

ref.NewYorker3321-1967.13.05.1202z.Primer visionado.

Lo que hallaron los agentes en aquella habitación del hotel New Yorker se mantuvo en el más absoluto secreto. Incluso se creó un falso rumor acerca de unos papeles “desaparecidos” pertenecientes a Tesla para así mantener entretenidos a los amantes de las teorías de la conspiración. Mientras tanto, durante años, un selecto grupo de investigadores e ingenieros intentaba analizar qué podía contener aquella carcasa negra que los agentes encontraron sobre el escritorio de Tesla. Tras años de investigación se terminó por desarrollar un sistema de lectura que por fin permitió leer la banda magnética que contenía, es decir, se inventó el videocasete, y de paso el formato VHS -aunque legítimamente esto se debe a Tesla-. Por fin, el contenido de la cinta quedó al descubierto. Y no pudo ser más sorprendente.

 

ref.NewYorker3321-1969.03.07.2302h.Patente VHS.

Capítulo seis – El Teslablog

Una colección de cerca de una treintena de vídeos que muestran a un Tesla joven y en plena madurez mental, en un entorno semejante al de la habitación de la que apenas salió en los últimos años pero con una inquietante decoración completamente anacrónica, llena de referencias tanto al pasado como al futuro del que fuera ganador de la llamada “Guerra de las corrientes”.

 

ref.NewYorker3321-2012.03.02.1242z.Tesla as himself.

Pero lo más extraño radica en el contenido de cada uno de los videos: En esta sucesión de teslablogs –así los bautiza el propio Tesla– el serbocroata despliega una mezcla de divulgación científica, recuerdos históricos, inquietudes y opiniones personales, pero todo ello en un contexto totalmente actual. Es como si en estos videos el tiempo perdiera su carácter causal y el pasado, el presente y el futuro se mezclaran como licores en una coctelera. Conceptos como internet, energías renovables, robots o exploración espacial brotan en los teslablogs para nuestro asombro, ya que supuestamente fueron ¿grabados? hace más de medio siglo -quizá porque estos conceptos ya anidaban por entonces en la prodigiosa mente del hombre al que debemos la luz.

 

Capítulo final – Los “albaceas”

Cinco centros de investigación han sido seleccionados como custodios de este material único, con el compromiso ineludible de divulgarlo a la sociedad. Desde el IAA-CSIC queremos dar las gracias a las autoridades pertinentes por habernos seleccionado como albaceas de este material extraordinario que, desde aquí, queremos dar a conocer al público general para, tal vez, arrojar algo de luz sobre uno de los misterios más grandes de los últimos tiempos: los teslablogs.

 

 

 

 

Videocurrículum Tesla

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"Los Teslablogs" han sido galardonados con una Mención de Honor en la categoría de Trabajos de divulgación científica en el certamen Ciencia en Acción 2013