Cuando en 1968, aproximadamente dos décadas después de su descubrimiento, la Oficina de Inteligencia Científica de los Estados Unidos logró decodificar la cinta de vídeo VHS hallada en el escritorio de Nikola Tesla dos días después de su muerte oficial, el desconcierto y la incredulidad fueron absolutos (ref. NewYorker3327). Pero, al menos, los analistas tenían algo claro: el sistema secuencial de grabación supuestamente inventado por Tesla no dejaba duda respecto al orden cronológico en el que habían sido grabados los documentos que con el tiempo pasaron a denominarse teslablogs. Y éste era el primero de ellos.
“Parece nervioso”. Esto fue lo que declaró Dr. John G. Trump, el oficial del gobierno e ingeniero eléctrico responsable de analizar todo el material requisado, cuando visionó este primer teslablog (ref.NewYorker3345b-06/04/1968). Y es cierto que lo parece, algo que quizá choca con la imagen del inventor que ha trascendido a la historia. Pero, al fin y al cabo, era su primer teslablog y, quizá, la primera vez que nuestro protagonista se ponía delante de una… ¿cámara?
Este es el primero de los documentos donde Tesla se lanza abiertamente a hablar de ciencia y tecnología. Y no fue sorpresa para los analistas que, precisamente, la energía fuera el tema escogido por el serbocroata. No en vano, Tesla “[…]estaba convencido de que debería haber alguna manera de aprovechar toda la tremenda energía que existe en la naturaleza en todas y cada una de sus formas, de una manera absolutamente limpia y gratuita”